Todo lo bueno se acaba.

Allí estábamos aquella tarde. En el mismo sitio que hace seis días y curiosamente con el mismo dolor de cabeza. No sin trabajo, nos habíamos despedido de toda la gente con la que nos habíamos reencontrado durante estos días. Eran las 19:00, y faltaban 10 minutos para que nuestro tren saliera. Después de coger nuestro billete nos dirigimos a ocupar nuestros asientos. Esta vez si que estábamos nostálgicos. Estábamos tan seguros de que echaríamos tanto de menos este lugar... Desde aquí no puedo dejar de recomendar a todo el mundo que se pase por esta ciudad porque tiene algo que te atrapa. Esta vez nos llevábamos miles de recuerdos de estos seis días, pero estábamos seguros de que a pesar de que nos marchábamos, este no era un adiós, sino un hasta luego. Te echaremos de menos, Coruña.

Últimos paseos...

Día 6º. El último en Coruña. Esa mañana nos levantamos temprano (aunque nos costó) para hacer las maletas y dar un último paseo por las calles coruñesas. Este día sí que saqué las fotos que los días anteriores no saqué, como por ejemplo a la plaza de María Pita y la Calle Real. Si de algo estábamos seguros era de que echaríamos de menos todas estas encrucijadas de calles, todos esos buses rojos que tanto nos habían desesperado, ese mar.. echaríamos de menos a Coruña.

Plaza de María Pita

Calle Real

Allí donde solíamos gritar.

Llegó el momento. 00:00 en el Playa Club. Ahí estaba, en el concierto de Love of lesbian y sin contar. Todavía no era muy consciente de ello. De repente veo subir al escenario a Santi Balmés y al resto del grupo y empezar el concierto con "Allí donde solíamos gritar" (aquí os dejo la canción). Después de dos horas y 20 minutos de concierto salíamos todavía extasiados. Estaba segura de que el día siguiente no tendría voz, pero no me importaba.



Os dejo unas fotos del concierto y un vídeo que saqué de Youtube porque yo tenía a un grandullón delante y me fue imposible gravar.

Marta y yo durante el concierto.

Santi Balmés

Tal cual pingüínos...

El quinto día empezó para nosotros a la una y media del mediodía. Perfecto para ayudarle a la madre de Marta a preparar su riquísima lasaña y su maravilloso y ya citado brownie. Mientras comíamos decidimos cual iba a ser el plan para esta tarde. El hermano de Marta se iba a ir a patinar sobre hielo con sus amigos, y en ese momento se nos encendió la bombilla. Nosotros también iríamos. De esta forma tendríamos ocupada la tarde y podríamos venirnos temprano para prepararnos para el concierto de esa noche.. no me daba llegado! Así que nada, allí nos fuimos otra vez, en el bus de la línea 5, dispuestos a caernos lo menos posible. Quién diría que ese era nuestro propósito, porque acabamos con el pantalón mojado de tanto andar por el hielo! Os dejo aquí un enlace donde os darán toda la información necesaria sobre horarios, precios, etc. Y así se pasó nuestra tarde, entre caída y caída. Y fue así también como llegamos a la tan esperada noche... pero eso es otra historia.

Compras, italiano y cine.

La mañana del 4º día nos levantamos "derrochones". Nos habían comentado que abrieran un centro comercial nuevo (desde que no estábamos en esta ciudad) y nosotros aún no lo habíamos visto! Sin duda, no nos lo podíamos permitir! Así que allí nos fuimos, hasta la plaza de Pontevedra a coger el bus de la línea 5 que nos llevaría al Espacio Coruña. Una vez allí dimos una vuelta de reconocimiento. Teníamos todas las tiendas que nos hacían falta, lo cual era maravilloso! Nos pensamos el repartirnos Marta y yo por un lado y Sergio por otro, pero pensándolo bien, teníamos todo el día, por lo que iríamos con calma. Después de una mañana entera de compras, y la verdad, sin mucho comprado, nos empezó a entrar el hambre. La verdad es que había bastantes restaurantes dónde comer, pero como la comida italiana nos pierde a los tres, decidimos ir a Muerde la Pasta, un buffet dónde nos comeríamos todo lo que quisiéramos y más por menos de 10 euros cada uno. Sobra decir que al salir lo único que nos apetecía era estar sentaditos en un sofá, por lo que nos fuimos para una zona en donde los había a montones. De repente se nos encendió la bombilla. ¿Porqué no íbamos al cine a ver la nueva de Harry Potter? Dicho y hecho, allí que nos fuimos a sacar las entradas (os dejo un vídeo del trailer de la película). Nos han comentado que este año se abrirá un nuevo centro comercial y que será el tercero más grande de España. Sinceramente, creo que están haciendo demasiados para la población que tiene Coruña, y que con cada nuevo que abran, pienso que el anterior acabará cerrando.





Esa misma noche, de vuelta a casa, vi algo que me hizo inmensamente feliz. Un cartel anunciando un concierto de mi grupo favorito, Love of lesbian, la noche siguiente en el Playa, y después de informarme.. SÍ! todavía quedaban entradas! Creo que ya tenemos plan para la noche de mañana...

Casas modernistas.

La mañana siguiente, al coger un bus para irnos de compras (esto ya os lo contaré) y pasar por la Puerta Real, vi un edificio que me recordó a una historia que me contara una amiga. Coruña tiene una gran historia modernista y esto ya se puede apreciar en edificios como el que hay en la Plaza de Pontevedra o en la de Lugo. Pero esta vez me centraré en el que hay en una de las puertas a María Pita. Este edificio destaca sobre los otros que hay de estilo modernista principalmente por dos motivos: uno es por su emplazamiento y el otro por la gran cantidad de cariatides que tiene repartidas por toda la fachada, siendo las de la base fácilmente alcanzadas por el viandante. Cuando esta casa fue restaurada muchos querían que se pintase de blanco, al igual que todas las que están a su alrededor, para que quedara integrada con todas las que estaban en la zona ; pero los dueños decidieron pintarla de ocre porque ese era su color original. Este edificio también destaca por sus galerías, un elemento muy común en las casas modernistas, así como por los elementos florales y vegetales tallados en la fachada.

Edificio modernista de la Plaza de Pontevedra

Detalle de las cariatides del edificio de María Pita

Tarde sofá.

Tras una larga noche lo único que nos apetecia era una larga mañana para dormir... Y tanto que fue larga! Nos levantamos a las tres y media, pero con muchísimo hambre y cero ganas de cocinar. La solución estaba clara... Llamar al Cambalache y que nos trajeran un par de pizzas. Dicho y hecho. Al acabar de comer lo único que nos apetecía era una "tarde-sofá". Es decir, nos pasamos toda la tarde jugando al Sing star. No fue un día muy bien aprobechado, pero si era lo que necesitamos. Por si alguien se ve en nuestra situación, os dejo la pagina de Cambalache.

Sergio jugando al Sing Star